De esta manera uno puede ahorrarse bastantes problemas, por ejemplo coger cariño a un cachorro que luego debe ser eutanasiado por algún motivo, y algún dinero, por ejemplo en facturas al veterinario.
Afortunadamente, debido al alto coste de la crianza y el pequeño margen de beneficios, normalmente los criadores más comerciales permanecen fuera del negocio de la cría de bulldogs. Aunque eso no significa que todos los criadores de bulldogs sean responsables de las crías. A muchos de ellos no les guía el dinero, pero si la fama de criar unos buenos perros de exposición por lo que en su cría ponen especial énfasis en una formación física, conforme al estándar, pecando de negligencia en conseguir en buen temperamento y una buena salud.
3.Seleccionar el cachorro adecuado de una camada es la última fase. Después de asegurarse la correcta elección de la raza y del criador, se debe prestar especial atención en seleccionar al cachorro. Muchas guías para propietarios de perros señalan cuales son los problemas físicos y de salud a los que se debe prestar atención y parece de sentido común optar por un cachorro que no tenga problemas, como infecciones en los ojos, por ejemplo, pero normalmente estos problemas inhabilitan a la camada en su totalidad, y no constituye un criterio de selección entre un cachorro u otro. Lo que puede apreciar en concreto son el pellejo liso, la piel floja, el dorso corto, la trufa alargada, los orificios nasales abiertos, los pies firmes y huesos rectos en las piernas delanteras. La posición de las orejas es también un criterio importante, aunque se debe ser consciente de que a las ocho semanas las orejas de los cachorros no están levantadas hasta la posición final en forma de rosa. El cachorro debería mostrar una buena apariencia, estar bien alimentado, pero no un abdomen distendido, que puede indicar la existencia de gusanos.
El sexo del cachorro, es a menudo una cuestión de preferencia personal. Mucha gente escoge a una hembra porque tiene la ilusión de criar su propia camada. Aunque se debe saber que esta raza es muy conocida por sus complicaciones en la crianza y crecimiento de la misma. Como señala Christian Bruton el Bulldog es una de las pocas razas en las cuales los machos son más afectuosos que las hembras. Además, las hembras normalmente no son fieles a sus dueños en particular, sino a la familia en su totalidad, por consiguiente a menudo son mejores guardianas de lo previsto. El macho, por otro lado, es especialmente file a una persona en concreto, a su dueño. Una diferencia a añadir entre hembras y machos es, según Dickerson, que los machos aprenden con más lentitud, aunque retienen la lección más tiempo.
A parte de los aspectos físicos, y de la elección en función del sexo del cachorro, debe echarse un vistazo al temperamento del cachorro en su conjunto. Un simple test de personalidad puede funcionar con un cachorro de entre 6 y 8 semanas, ayudándonos a determinar si se trata de un cachorro dominante, sumiso o ansioso. Esto es importante saberlo, para determinar el futuro del cachorro, si el cachorro debería llegar a ser un perro de compañía familiar, con o sin niños, o si podrá llegar a ser un perro de vigilancia ( en cuyo caso, quizás habría razas más adecuadas).
Para leer más sobre el tema, consulte nuestro artículo Como selecionar un cachorro.