Acerca del sexo del perro circulan muchas creencias infundadas. El trato cariñoso, la docilidad y la obediencia dependen más de la educacion y las condiciones de vidad del perro que de las características innatas o del sexo del perro. El cualquier caso, el sexo puede influir como mucho en un 5%.
Entonces, antes de decidir si queremos un macho o una hembra, conviene tener en cuenta las siguientes aclaraciones.
En el caso del bulldog, la hembra suele ser más amistosa con los otros perros, sobre todo con perros pequeños, y el macho, más conflictivo.
No es cierto que el macho sea mejor guardián que la hembra. El macho defiendo el territorio, pero la hembra defiende la guarida en donde vive o podría vivir su camada (aunque no haya tenido ninguna). El resultado es que ella defiende valerosamente la casa del dueño y en muchos casos se muestra más atenta y aguerrida que el macho.
En el caso del bulldog, la diferencia de talla, corpulencia y sustancia es bastante marcada, aunque nada de ello inflye en la vida cotidiana. Si bien la hembra babea bastante menos que el macho, no debemos hacernos demasiadas ilusiones: si no podemos soportar las babas, es mejor buscar otra raza.
Los machos son más vistosos y tienen más posibilidades de ganar el "mejor de la raza" en una exposición. En realidad, una buena hembra típica no debería perder nunca en la comparación con un macho por cuestiones de peso, como ocurre en algunas ocasiones.
Es cierto que la hembra tiene dos periodos de celo al año y que pierde una cierta cantidad de sangre (este inconveniente puede paliarse con unas braguitas higiénicas); también es cierto que mientras le dura el celo atraerá a los perros del vecindario. Pero no es difícil contener los ardores de los pretendientes: normalmente basta con una severa regañina. El apareamiento requiere tiempo, libertad y una serie de preliminares y sobre todo el bulldog puede dificilmente montar la hembra sin ayudo del dueño.
No es cierto que la hembra se escape de casa cuando está en celo: no le hace falta, porque siempre son los pretendientes los que se acercan. En cambio, es possible que el macho se escape si percibe el olor de una hembra en celo.